La VERDAD sobre la inmigración y las MENTIRAS de MAGA que inundarán sus redes sociales con odio y alarmismo. Manténgase informado y conozca los hechos.

En promedio, los inmigrantes indocumentados contribuyen más en impuestos de lo que consumen en beneficios públicos. Estos contribuyentes aportaron casi $100 mil millones en impuestos federales, estatales y locales en 2022. Sus impuestos ayudan a financiar programas de los cuales dependemos, como el Seguro Social y Medicare, programas que ellos no pueden solicitar.

Otorgar permisos de trabajo y proporcionar un eventual camino a la ciudadanía aumentaría sus contribuciones fiscales en $40.2 mil millones por año, hasta $136.9 mil millones.

Los inmigrantes pagan más de lo que les corresponde de impuestos, a diferencia de muchos directores ejecutivos y ciertos políticos.

Los inmigrantes generan empleos, no los quitan. Los inmigrantes generan nuevos empleos al abrir nuevos negocios, comprar casas y gastar sus ingresos en productos estadounidenses. De hecho, casi el 45% de las empresas de Fortune 500 en 2023 fueron fundadas por inmigrantes o sus hijos. Estas grandes empresas estadounidenses emplean a más de 14.8 millones de personas en todo el mundo. Sin mencionar otros negocios propiedad de inmigrantes, como bodegas, restaurantes, startups de alta tecnología y otros negocios que impulsan la economía y crean nuevos empleos.

Contrario a la retórica de MAGA, la inmigración no desplaza a los trabajadores estadounidenses de sus empleos; ¡las investigaciones lo demuestran! De hecho, la inmigración aumenta los salarios de todos los trabajadores, especialmente de los trabajadores afroamericanos y latinos.

Los inmigrantes vienen a EE.UU. en busca de un futuro mejor, con ganas de trabajar y de contribuir en sus comunidades. Meterse en problemas pondría en peligro su futuro y sus sueños. Eso podría ser la razón por la cual los inmigrantes tienen las tasas de criminalidad más bajas en EE.UU. Un estudio tras otro demuestra que los inmigrantes indocumentados no son más propensos al crimen. A pesar de las afirmaciones de los políticos de MAGA culpando a los inmigrantes por la crisis del fentanilo, la realidad es que la mayoría de los que trafican fentanilo son, de hecho, ciudadanos estadounidenses.

Al acoger las contribuciones de los inmigrantes y enfocarnos en los problemas reales, podemos construir una nación más fuerte, segura y unida para todos los estadounidenses.

Todos queremos abordar la crisis humanitaria en nuestras fronteras, pero un muro y un enfoque basado únicamente en la aplicación de la ley ponen vidas en peligro y desperdician miles de millones de dólares de los contribuyentes. Este costo ni siquiera comienza a contabilizar la devastación resultante para las comunidades, las pequeñas empresas, las economías locales o la separación de familias estadounidenses.

Las personas que llegan a nuestras fronteras son mamás, papás y familias que buscan seguridad y escapan de situaciones que ponen en peligro sus vidas. Deben tener una oportunidad justa para solicitar asilo, ya que es su derecho legal.

Es por eso que las soluciones reales incluyen dotar adecuadamente de personal las oficinas de asilo y los tribunales de inmigración para que las solicitudes puedan procesarse de manera más eficiente, y proporcionar permisos de trabajo rápidamente a las personas elegibles para que puedan trabajar y ser autosuficientes más pronto. Las soluciones reales también incluyen un camino a la ciudadanía para los millones de personas que han vivido aquí durante décadas, criando familias estadounidenses y contribuyendo a la economía.

Las actualizaciones a nuestro sistema de inmigración obsoleto deben ser humanas, ordenadas y tratar a todos con dignidad.

Para la gran mayoría de los inmigrantes que llevan mucho tiempo establecidos en EE.UU., no existe una “fila” disponible para solicitar la ciudadanía, a pesar de que la mayoría ha vivido aquí por más de una década, trabajando arduamente, pagando impuestos y contribuyendo a nuestras comunidades y a la economía de EE.UU.

Sin embargo, para las personas que quieren reunirse con su familia en EE.UU. y esperar en la llamada “fila”, los atrasos en USCIS hacen que las personas esperen décadas, o en algunos casos, más de una vida. Lamentablemente, algunas personas han fallecido antes de poder reunirse con sus seres queridos en EE.UU.

Sin acción del Congreso, muchos podrían vivir toda su vida en EE.UU. sin la oportunidad de convertirse en ciudadanos estadounidenses.

Ya existen leyes que hacen ilegal que aquellos que no son ciudadanos voten en las elecciones federales de EE.UU. Además, no hay evidencia real que respalde la retórica de MAGA de que un gran número de personas que no son ciudadanas están votando. Los funcionarios electorales trabajan durante todo el año para garantizar la integridad y seguridad de nuestras elecciones. Los esfuerzos liderados por los republicanos para requerir prueba de ciudadanía al registrarse para votar en realidad impedirían que muchos ciudadanos estadounidenses—votantes elegibles—ejercieran su derecho al voto.

De hecho, los ciudadanos estadounidenses de color se verían más afectados por estos requisitos. Los estudios muestran que los votantes de color tienen más probabilidades que los votantes blancos de no tener, o no poder acceder rápidamente a, documentos de ciudadanía. Piense en los estadounidenses mayores y los estadounidenses afroamericanos, especialmente en el sur, que tienen más probabilidades de haber nacido fuera de un hospital y pueden no haber recibido automáticamente un certificado de nacimiento.

Entonces, ¿por qué tantos republicanos están promoviendo estas afirmaciones falsas? Están preparando el terreno para alegar fraude electoral cuando las elecciones no estén a su favor. Vimos esto el 6 de enero, cuando las falsas afirmaciones de una elección robada llevaron a un ataque al Capitolio de EE.UU. y a nuestra democracia.

Requerir prueba de ciudadanía al registrarse para votar no haría nada más que impedir que los ciudadanos estadounidenses ejerzan su derecho al voto. Deberíamos estar facilitando, no dificultando, que los votantes elegibles emitan sus votos y hagan que sus voces sean escuchadas.